Panorama favorable para las energías limpias en América Latina

La energía solar y la energía eólica se consolidan como la nueva fuente de tecnología de generación de energía, según un estudio realizado por el proveedor de investigación y análisis de datos sobre energía limpia Bloomberg (BNEF).

A través del informe “Power Transition Trends 2020”, las energías renovables lograron un crecimiento importante cercano al 67% del total de energía eléctrica agregada a nivel mundial en el año 2019 en comparación a los números reflejados para el año 2010.

Energía solar como la cuarta fuente más grande en 2019

Según datos obtenidos en 2019, la energía solar se convirtió en la cuarta fuente de operación más grande, pasando de 43,7 GW de capacidad total en 2010 a 651 GW de capacidad total en 2019.

Este incremento exponencial, se debe a los avances en energía fotovoltaica, los cambios en la industria y la implementación en la sociedad durante la segunda década del siglo.

La energía solar y la eólica ya no son exclusivas de los países ricos

Este crecimiento acelerado por parte de estas energías renovables ha generado que ya no sean exclusivas de los países más ricos. Hasta el año 2010, estas fuentes representaban una cuarta parte de la generación agregada global, mientras que a partir de 2011, han sido las responsables de la mayor parte de la capacidad de generación que ha ingresado al sistema cada año, al menos en los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

Según Luiza Demôro, analista de BNEF y autora del estudio, “la energía solar fotovoltaica es ubicua y se ha convertido en un fenómeno mundial”. Además, considera que este acceso se ha debido en gran parte a la “caída significativa” del coste de los paneles solares.

Accesibilidad a la energía eólica y solar ha sido un cambio radical

En la última década, la accesibilidad a estar fuentes de energía ha representado un cambio radical. Según BNEF, en países que no forman parte de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), tales como México, Colombia, y Chile, han conformado la mayor parte de la construcción anual de energía desde 2016.

Todo esto está generando un crecimiento en el mercado fotovoltaico entre 2019 y 2025 muy competitivo, principalmente para las industrias de baterías, energía eólica y fotovoltaica que, junto a las bajas operativas en las fuentes de combustibles fósiles y de carbón, la volatilidad de los precios del crudo y los estragos por el Covid-19, ha logrado un descenso de 1.5% en las emisiones de dióxido de carbono a nivel mundial.

Es por ello que según los últimos informes de BNEF, tanto el crecimiento del 67% del total de energía eléctrica agregada a nivel mundial y la disminución cercana al 25% del uso de combustibles fósiles, así como la transición al uso de energías limpias y renovables tienen las bases favorables para una respuesta sustentable ante la crisis ambiental y el calentamiento global.